¿Por qué hemos fallado como sociedad a tantos niños y niñas?

Niños y niñas que están solos y solas, que andan por la vida a merced de lo que les pueda pasar sin la compañía ni la protección de ningún adulto. Menores no acompañados que llegan a España y pasan a integrar el conglomerado de la sigla MENA, término que por holgazanería lingüística o designación políticamente correcta, se ha creado para nombrar a quiénes siendo menores de 18 años llegan a España sin la compañía de alguno de sus padres, familiar o adulto referente.

Me resulta frío, muy frío esta forma de designar a los niños y niñas migrantes que han cruzado países, desiertos y mares, solos, completamente solos, en busca de un futuro mejor, un futuro diferente al triste presente que con seguridad están viviendo. Niños y niñas que llegan a Europa - porque eso es lo que sienten cuando llegan a España - esperando encontrar todo aquello que les ha sido negado en su tierra de origen y a lo que sin duda alguna, tienen derecho como personas habitantes de este, nuestro único planeta.

Acabo de leer uno de los tantos artículos que estos días circulan en la red, sobre la metodología que el gobierno español está ensayando para devolver los menores marroquíes no acompañados a Marruecos. Triste noticia, que parte de un gobierno que menos de un año atrás acogió a 630 personas que arribaron a Valencia en el Aquarius (buque de Médicos Sin Fronteras (MSF) y SOS Méditerranée) y dentro de ellas 123 menores no acompañados que quedaron bajo tutela del gobierno autonómico. Dicen que es para bien de los menores, que Marruecos reclama su tutela para darles protección y evitar el desarraigo. Y yo me pregunto, ¿a qué desarraigo se refieren? Porque si estos niños y niñas estuvieran amparados en un confortable hogar con sus padres y/o familia, nunca lo hubiesen abandonado para lanzarse a la deriva e inseguridad de un viaje con destino incierto. Ambos gobiernos, el marroquí y el español conocen la realidad de estos menores, pero cierran los ojos y abren la puerta de la solidaridad según conveniencia.

Los “menas”, los menores no acompañados, que no tienen un adulto referente que los proteja, siguen a la deriva en su llegada a España y son tema de política, presupuestos y almuerzos de trabajo, en un país al que llegaron esperanzados en encontrar un futuro mejor. Según las estadísticas hay más de 11.000 menores no acompañados en España, que pasarán a ser adultos migrantes en situación administrativa irregular cuando cumplan 18 años. Menores, que al cumplir la mayoría de edad serán “expulsados” del centro de acogida de menores donde se encuentran y saldrán a buscarse la vida como sea. Menores, que al igual que nosotros, tienen ilusiones, sueños, y deseos de estudiar, trabajar y vivir dignamente en esta tierra.

¿Por qué hemos fallado como sociedad a tanta gente? Se pregunta la directora libanesa del film Cafarnaúm que nos muestra la pobreza, la trata de seres humanos, los refugiados, los migrantes clandestinos y tantas otras realidades del mundo en la mirada de un niño. Y yo pregunto, aún sabiendo que no encontraré respuesta, ¿Por qué se sigue fallando a tantos niños y niñas que viajan solos por el mundo en busca de un futuro mejor? ¿Por qué se priman tantos otros intereses antes que el bienestar de estos y tantos otros niño/as que son la única esperanza que tenemos de que haya para todos un futuro mejor?

Comentarios

Entradas populares de este blog

Alegría y color en la vestimenta africana

África, pequeño Chaka: un libro de Marie Sellier

¿Efecto llamada o discurso populista?