La Copa Mundial de Fútbol (Rusia 2018), ha dado mucho que hablar y no precisamente en términos futbolísticos. Se habló, y se sigue hablando, de la diversidad multicultural de los jugadores en los equipos europeos de fútbol y de la contradicción de nacer en un país y representar a otro. Argumento, que en el ambiente del balompié no debería llamar la atención, ya que el fútbol es el negocio deportivo que más millones mueve en compraventa de jugadores a nivel internacional. Tanto, que algunos se atreven a decir que el dinero pagado - o invertido – por la compra de un solo jugador alcanzaría para reconstruir Mosul, la ciudad devastada por la guerra en Siria. Por otro lado, estamos hablando de Europa, un espacio global dónde coexisten diferentes culturas, personas y religiones, de todo el mundo y en la que la multiculturalidad está presente en cada ciudad cosmopolita que lo integra. Solo en la Unión Europea (UE), según datos de Eurostat (Oficina Europea de Estadística) 2016,...